FIC Pichilemu

La segunda jornada de Sábados del Maule exhibirá las obras de ficción y experimental que se gestaron dentro del marco del Taller Audiovisual LAM, dirigido por la realizadora Anay M. Vázquez Alfaro desde 2017, profesora en el Liceo Abate Molina de la ciudad de Talca.

Esta actividad se enmarca en el IX Festival de Cine de Pichilemu FIC Pichilemu junto a la Corporación Capa 8. FIC Pichilemu es un proyecto a cargo de la Agrupación Audiovisualistas de Pichilemu financiado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio a través de su Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradoras.

La exhibición se realizará el sábado 05 de agosto en el Auditorio Municipal, ubicado en Ángel Gaete 365, a partir de las 19:00 horas. La entrada es gratuita y abierta a todo público.

La construcción de todos los cortometrajes de este taller tiene como similitud la utilización del símbolo cinematográfico, que responde a la tesis que sigue la profesora como directora de cine, desde sus inicios.  Hace énfasis en las etapas de escritura creativa (guion literario a guion técnico) y la preproducción, donde los estudiantes son acompañados por la profesora con sistematicidad.

La escritura del guion se trabajó desde la idea, y se fue alimentando en equipo, con la participación de los guionistas, los directores de arte, los fotógrafos, y productores. Durante esta etapa se cuidó la construcción de los personajes y su historia de vida. Activar y respetar la imaginación de los estudiantes, sus miradas estéticas. Además, se les enseñó a buscar información relacionada con los tópicos tratados para que establecieran conexiones con otros tipos de textos artísticos.

Dentro de la preproducción se le dio continuidad a la utilización del símbolo cinematográfico a través de la construcción de ambientes y decorados, y se insistió en la libertad creativa del estudiante para activar su imaginación, sus miradas estéticas, una vez en locaciones durante las visitas y ensayos.

El taller en la etapa de filmación da la posibilidad al estudiante de trabajar con la mayor independencia. Ahí ponen en práctica los conocimientos recibidos. Y cada uno de los integrantes del equipo gana protagonismo, desde su especialidad.

Una vez en el montaje y posproducción, se insiste en la síntesis, en el tipo de narración según género y punto de vista, y en el trabajo con la corrección de color.

De forma general, los cortometrajes que son presentados en esta muestra destacan por la participación activa de los estudiantes en las diversas etapas, y dentro de sus especialidades. El interés de ellos por hacer arte y crear en equipo para expresar sus mundos, sus miedos, sus ideas. Por ello una vez que se reconocen como realizadores comparten la mirada creativa de cada integrante.

Los temas que más les interesaban eran los relacionados con las relaciones de comunicación en una pareja, el reconocerse como hombres y mujeres, la situación de las adolescentes con amargas experiencias ya sea por maltrato familiar, violaciones, y las respuestas positivas nulas del estado y sus políticas de género, etc.

Hay cortos como los realizados por Valentina Henríquez que se gestaron durante la pandemia, y esto hizo a su realizadora ser más independiente, a partir del conocimiento y la experiencia en su participación como fotógrafa en cortometrajes anteriores.

El trabajo de Carlos Sepúlveda como guionista, fotógrafo y editor, destacó desde sus inicios. Fue un estudiante que llegó con pasión por el cine, y esto lo hizo permearse rápidamente de la idea que se tenía en el taller para realizar los ejercicios de construcción audiovisual.

El caso de Thiare Fuentes y Gabriel Órdenes destaca por la facilidad para incorporar la utilización del símbolo en la construcción de la historia y sus personajes. La constancia en todos los ejercicios creativos realizados desde la incorporación al taller, y su interés estético en la producción.

Branco Roco fue avanzando a medida que tuvo libertad con la cámara. Empezó haciendo cobertura de actividades en el liceo, y luego fue incorporando guiños de la fotografía de cortos que se analizaban en el taller. Hasta encontrar su forma de expresarse a través del encuadre, la composición, y la angulación. Fue un estudiante marcado por muchas prácticas fotográficas.

En el caso de Cristóbal Arellano un estudiante que llegó con habilidades para trabajar con la luz en fotografías donde cuidaba los colores y ya tenía competencias en el uso artístico del enfoque y desenfoque. En el taller aprendió a utilizar la fotografía para narrar historias, y a realizar montajes narrativos con la utilización de símbolos y metáforas cinematográficas. Kadel Rodríguez pasó similar proceso en la edición, donde el trabajo con el símbolo la banda sonora fue meritorio.

Dominica Contador destaca como escritora desde que incorporó al taller. Allí el trabajo estuvo orientado a que ella desarrollara la escritura audiovisual, pudiera escribir primeramente una idea cinematográfica, seguida por la sinopsis, la escaleta y luego un guion literario para cine. También destacó junto a Antonia Barrientos, y a María José Pérez en la investigación, llevada al documental.

Destaca el trabajo de Constanza Valenzuela como actriz, escritora, y directora de arte; el de Martín Retamal que realizó todo su interés era en actuación, y quiso asirse de la escritura audiovisual, incluso creó ambientes y decorados, todo ello siguiendo orientaciones en clases online. 

En resumen, todos los cortometrajes son el resultado del interés del estudiante por expresarse a través del arte, buscar en su sensibilidad, tomar los nuevos conocimientos para construir textos audiovisuales, disfrutar y compartir sus ideas, habilidades con los demás. Darle importancia a lo que les apasiona, rencontrarse con ellos, conocerse más, en reconocerse como realizadores y artistas.